Saltarse, ocasionalmente, el metro es increíblemente egoísta e insolidario pero hacerlo a diario y pagar por ello es absolutamente vergonzoso e inmoral. No estoy en absoluto de acuerdo con el precio del transporte público, que roza lo obsceno (al final, a la larga, es más barato comprarse una moto o similar) y tampoco pienso que la gente que lo utilice deba quedarse de brazos cruzados. Pero lo que seguro que condeno y critico es que nos roben a todos.
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