Mi actividad favorita es contar chistes tan malos que aparecen en el código penal de varios países, y hacer juegos de palabras tan atroces que fueron prohibidos por los Convenios de Ginebra contra la tortura. Así que he pensado que por qué no unir en un mismo lugar los peores chistes imaginables y la mejor geografía disfuncional y arrancarles una sonrisa, o al menos un rictus de horror, a los lectores de esta santa casa. Que ustedes lo disfruten.
|
etiquetas: geografía , chistes