Nos separan más de 70 años desde que el genio de Chaplin rodara en "El gran dictador" una de las escenas más memorables de la historia del cine y lo más extraño de todo es que, en esencia, nada o casi nada ha cambiado. Como si de un viaje en el tiempo se tratara, Chaplin firma una de las locuciones más sentidas y brutales que se recuerden en 1940 aunque bien podría tratarse del 2011. Un homenaje a la vida y una crítica y sátira a la avaricia del ser humano, al poder dictador del hombre.
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