Las minas ilegales han impulsado una crisis humanitaria para el grupo indígena yanomami. El nuevo presidente de Brasil intenta luchar contra esta situación. La mina ilegal de estaño era tan remota que, durante tres años, el enorme tajo que había abierto en la selva amazónica había pasado casi desapercibido. Por eso, cuando hace poco tres misteriosos helicópteros sobrevolaron la zona sin previo aviso, los mineros que vivían allí se refugiaron en la selva.
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