Cuando, en el primer contacto para solicitar una colaboración de cualquier tipo, alguien te suelta muchísimos datos no solicitados de relevancia escasa, pero no menciona ni de pasada el asunto de la posible retribución económica, es evidente que quiere algo gratis. Vale. Pero, ¿cómo responder a ese tipo de mensajes sin resultar maleducado? Yo apuesto por la concisión. He aquí un ejemplo real que rescato hoy de las bandejas de mis correos de este año
|
etiquetas: liada , mauro entrialgo , gratis , caraduras