La mejor esperanza que podemos tener para un prueba rigurosa es la inspección abierta y la habilidad de usar todo el código del cuál dependen los resultados. Si el programa es privativo, esto no es posible. Tenemos todo el derecho a ser desconfiados, no sólo por una vaga desconfianza a los ordenadores sino porque incluso los mejores programadores cometen errores regularmente. ¿Quien afirma eso? Open Source Mathematical Software, un artículo de opinión en la revista de la American Mathematical Society.
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