Artículo de Albert Soler: La «distancia de seguridad» no era de seguridad, al menos en Cataluña. Mientras en el resto del mundo la separación al aire libre era suficiente para evitar contagios, en Cataluña el virus salta más, o tal vez el hecho diferencial significa que los catalanes escupimos más lejos al hablar. Bienvenido sea este virus catalán, más saltarín que el de otras latitudes. Aparte del innegable beneficio económico que supondrá para vayan a saber quién, el uso de la mascarilla tiene otra utilidad: ocultar la inutilidad del gobernet
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