En la noche del 21 de agosto, en las márgenes del río Amatitán, un punto conocido como El Calabozo, las tropas colocaron en fila a centenares de personas y dispararon a quemarropa, según el relato de los sobrevivientes. Se desconoce la cifra de personas que perdieron la vida ese día, ya que –según algunos relatos- los militares arrojaron los cuerpos al río o los destruyeron con ácido.
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