En el contexto de tensión entre los países de mayoría islámica y las potencias occidentales, iniciativas que no pasarían de ser una niñería adquieren una dimensión desproporcionada. Es lo que ha sucedido en las últimas semanas alrededor de “Draw Mohammad Day”, una llamada a publicar dibujos del Profeta Mohammad durante el pasado 20 de mayo.Las reacciones violentas y amenazas no están justificadas en ningún caso. Sin embargo, es también esperable que cada uno asuma la responsabilidad de sus actos y valore sus consecuencias.
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