Más de veinte de personas rechazaron el empleo de una joven que ha tenido que esconderse tras denunciar el robo de dos jóvenes gitanos (de 18 y 21 años, ahora en prisión) en una tienda de turismo en Pravia, Asturias. La antigua dependienta ha tenido que dejar su casa, su pueblo y el trabajo, además de cambiar de aspecto, para evitar el acoso y la presión de amigos y familiares de sus agresores, todos de la comunidad gitana. La Fundación Secretariado Gitano condena las presiones que está recibiendo la víctima.
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