A Marx se le ha malinterpretado en muchas ocasiones y por varios motivos. Para empezar se suele “olvidar” que Marx asistió voluntariamente a un curso, el único que no era obligatorio en su plan de estudios, sobre el profeta Isaías. No sólo eso, porque muchos años después, le comentó a su mujer el interés que tenía por unas conferencias de un párroco. Lo cierto es que Marx tenía un amplio conocimiento de la esencia humana de la religión y que éste era uno de los puntos de apoyo de su doctrina.
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