Marruecos sigue tensando la cuerda con pequeños gestos discretos. El sábado pasado, en una acción sin precedentes, la gendarmería marroquí, expulsó de las playas de Marruecos a la cuarentena de barcos de recreo españoles que fondeaban en sus aguas. Con un censo de 363 embarcaciones deportivas que toda la vida han navegado y fondeado en aguas marroquís, los melillenses sostienen que el gesto es una nueva provocación a España. «Descendieron en dos zódiacs y gritaron a todo el mundo que debíamos irnos. Que ya no podíamos estar allí. Es increíble.»
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