Fue costurera, parió a 7 hijos y los sacó a todos adelante con su máquina de coser. A sus 84 años y confinada en su casa de Arcos de la Frontera, hace mascarillas entre 8 y 9 horas al día para "ayudar". Es consciente de que hay gente que se debate entre la vida y la muerte, y que hay gente que está muriendo. Por eso, desde este viernes, y con los cuatro metros de tela blanca forrada de algodón que tenía en casa, está cosiendo mascarillas para donarlas a los sanitarios que las necesitan. Este sábado de una tacada fabricó 50.
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