Marc-André Leclerc deseaba ser valiente en un mundo en el que no encajaba. Diagnosticado con un trastorno por déficit de atención e hiperactividad, no podía escoger muchas formas de expresión que le permitiesen demostrar su valor, pero con ocho años empezó a leer libros de aventuras, libros de montaña también, y decidió que sería alpinista. En su caso, era la única puerta abierta: un mundo sin reglas, sin límites, salvaje, un mundo en el que no necesitaba a nadie y la soledad podría ser su mejor amiga.
|
etiquetas: marc-andré , leclerc , mejor , alpinista , siglo , desconocido