Las “maquinitas” no han formado parte de mi vida durante 27 años. Nunca tuve una Game Boy ni ninguna videoconsola. Es más, mi Tamagotchi se lo apropió mi madrina y se levantaba a alimentarlo como la noche (los furby me daban miedo). El único contacto que he tenido con la parte lúdica de la electrónica ha sido el Tetris y el juego de bombitas (Buscaminas) que había en el ordenador del despacho de mi padre a mediados de los 90.
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