Los pacientes denuncian que las nuevas agujas presentan numerosas deficiencias, provocando dolor en el momento de usarlas, hematomas y llegando incluso a romperse. Hace tres años el SERGAS adjudicó el contrato de suministro de agujas a una nueva empresa, que le ofrecía un precio menor, con el consecuente ahorro económico. En la denuncia, SOS Sanidad Pública incorpora varios de estos casos, documentados, y por ejemplo una radiografía practicada a una usuaria en la que se observan los restos de cinco agujas alojadas en su abdomen.
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