Por fin se produjo lo que Rajoy, como otras tantas cosas que ha negado, aseguró que nunca se produciría. En una carta, por cierto, plagada de faltas y con redacción deplorable, España se entrega una vez más a los poderes financieros y se somete a un designio que inmola los intereses nacionales en aras de los mismos grandes banqueros que han provocado el daño que sufrimos.
|
etiquetas: rescate , abismo , economía , españa