Los centros educativos privados y concertados llevan años reivindicando libertad de elección de los padres para escolarizar a sus hijos. Ahora bien, parece que sólo se refieren a algunos. Un matrimonio residente en Benicàssim está pasando una odisea para poder cursar a su hijo, con síndrome de Down, en algún centro no público de secundaria de la provincia de Castelló. Ha acudido a tres de titularidad privada y a uno concertado. Y de todo ellos ha recibido una negativa por respuesta. La razón: falta de medios.
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