La Fiscalía está convencida de que madre e hija hablaron con amistades para darle una lección a Yonier. «Solo queríamos que le diesen un susto», declaró la madre horas antes de que el juez la enviase a prisión como inductora de asesinato. Pero se les fue de las manos. El supuesto autor material acudió a la vivienda de la víctima en la medianoche del 11 de enero, en el número 13 de la calle San Diego, en A Coruña. Llamó al timbre, Yonier bajó y, junto al portal, le asestaron una puñalada en el corazón.
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