Cristina Rivas asesinó a Yaiza en Sant Joan Despí, un mes después de que Tomás Gimeno desapareciese con sus hijas Anna y Olivia. La muerte de Yaiza pasó prácticamente inadvertida, La Generalitat tardó 8 días en contactar con Sergio el padre. Rivas no consiguió suicidarse pero dejó varias cartas en las que el odio rezumaba. En una con un sarcástico «gracias» en el sobre, escribió: «Porque has hecho que me quite la vida, pero vas a llorar la muerte de tu hija. La última palabra la tienes tú. Decide si la entierras o la incineras».
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