Los Valles secos ubicados en el sector oeste de McMurdo son uno de los lugares más extremos y singulares del planeta, no sólo por sus bajas temperaturas y mortales vientos, sino porque esta región de 4800m² es además el único lugar del planeta a cielo abierto sin precipitaciones. Durante varias décadas su difícil acceso hizo de su estudio una tarea casi imposible, pero que finalmente se logró entender gracias al arduo trabajo de varios equipos de geólogos y climatólogos que realizaron expediciones al Lago Bonney.
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