No, no se trata de la Isla de Pascua, ni de Bouvet, ni de algún rincón antártico. Es un lugar al que sólo se ha ido una vez en la historia. Lo hicieron el 23 de enero de 1960 Jacques Piccard y Don Walsh a bordo del batiscafo Trieste, de 51 t. Comenzaron el descenso a las 8 de la mañana y tardaron cuatro horas y 48 minutos en llegar al fondo...
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