Son jóvenes, no pequeños, pero son fascistas. No toleran que se piense distinto a ellos, no aceptan que les lleven la contraria. La diferencia es que sus técnicas para luchar contra ello no son violentas o contundentes. Son infantiles, lloreras, estúpidas. Revolucionarios de teclado y masa. Lloran de miedo y desesperación, se asustan cuando se…
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