Imaginen un campo sembrado de enormes jarrones de piedra. Grandes búcaros capaces de cobijar a una persona y que parecen brotar del suelo, hay un sitio así y está en el sudeste asiático; en Laos concretamente y lo llaman la Llanura de las Jarras. Tienen en común las contundentes dimensiones, entre uno y tres metros de altura, con un peso que va de una a seis toneladas; pocas conservan la tapa -debían ser de madera y se han perdido-. Se reparten por un área de veinticinco hectáreas, contándose centenares.
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