César Calle, 52 años, no tiene pelos en la lengua. Habla con la sinceridad del que se dejó la piel en el intento y ya no tiene nada que perder. Como muchos emprendedores, lo apostó todo a un negocio, un bazar. En su caso en Prosperidad. Hace 15 años montó "una de las tiendas de referencia del barrio", según los vecinos, creó empleo -llegaron a trabajar en su tienda hasta 12 personas-, y cuando vinieron mal dadas, le cerraron todas las puertas. No salía más agua del grifo.
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