Al entrar en el templo, lo primero que nos llama la atención es la situación del coro, exento a los pies de la nave, poco frecuente en las iglesias de la capital (de memoria sólo recuerdo la de Santa Ana). La planta es basilical, dividida en cinco tramos, crucero y capilla mayor con cabecera plana, distribuidos en tres naves, siendo la central más ancha que las laterales, de las que está separada por arcos de medio punto apoyados sobre pilastras, cada una de las cuales lleva dos medias columnas adosadas.
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