Los patrones de color resultan fundamentales para los animales, ya que les ayudan a camuflarse y despistar a los posibles depredadores en su hábitat natural, pero hasta ahora su origen había resultado un misterio. Que la evolución permitiera emparejar a criaturas moteadas con entornos llenos de árboles y sombras y a los seres de un solo tono con paisajes más uniformes parecía, además de una inspiración para los cuentos de Kipling, un milagro de la evolución.
|
etiquetas: harvard , pelaje , genética