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Lento adiós al piropo

La lisonja fugaz y pública pierde adeptos a medida que crece la concienciación en materia de igualdad. El límite entre el halago y el ataque verbal sigue generando debate. Lo de "¡guapa!" cada vez se escucha menos. La escena del albañil (o el taxista, ejecutivo o peatón) que piropea a una mujer en la calle, con más o menos intensidad y acierto, sigue presente en las calles españolas, pero en menor grado que en generaciones anteriores y, sobre todo, con cada vez menos aceptación.

| etiquetas: costumbres , españa , sociedad , piropos

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