Se piensa que los cambios hormonales son la causa del mal humor y la displicencia típica de los adolescentes, pero ahora los expertos creen tener otra explicación más sencilla: la falta de sueño. Científicos en Escocia descubrieron que muchos adolescentes no duermen lo suficiente y eso provoca que sean tan temperamentales y gruñones. El consejo para los jóvenes es dormir más de nueve horas en la noche.
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