Tal y como se explica en el libro La cocina de Ziryab, en el 822 llegó a Al-Andalus huyendo de la corte de Damasco un iraquí llamado Ziryab. En principio tenía que enseñar a los andaluces el arte de la música y a tocar instrumentos orientales, pero su fuerte personalidad y su elegancia transformaron la vida cordobesa y, entre otros menesteres, se le atribuye la modernización de la cocina del califato.
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