Desde prohibir los coros rocieros en las bodas a 'castigar' a un pueblo sin sacramentos, el arzobispo de Granada ha protagonizado todo tipo de polémicas. Suspendió 'ad divinis' a un sacerdote, impidiéndole ejercer como tal. Cortó relaciones con la facultad de Teología y se llevó a los seminaristas a un nuevo instituto que él mismo había creado. Dejó sin culto religioso a un pueblo que se atrevió a mostrarse en contra de su decisión. Incluso llegó a apelar a la 'desobediencia civil' ante la asignatura de EpC y los Derechos Humanos
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