A veces uno se encuentra inesperadamente con objetos que hacen cosas curiosas. Hace unos días descubrí una taza que mantiene el café y el té a la temperatura ideal, que según los inventores de la misma es 58º C. El principio de funcionamiento es sencillo, las gruesas paredes de la taza están rellenas de un 'material de cambio de fase'. Dicho con esa frase tan rimbombante parece muy complicado, sin embrago todos los usamos habitualmente. Pensemos en uno de estos días de calor en los que tomamos una bebida fría que servimos con abundante hielo...
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