Este sábado hace diez años, en una cuneta a las afueras de Priaranza del Bierzo, la pala de una excavadora que removía la tierra dio con una bota raída por el paso del tiempo. Junto a ella aparecieron los huesos de un pie, y al quitar la tierra apareció un cuerpo entero, y luego otro, y otro, hasta trece. Todos fusilados 64 años antes. Era la primera fosa de la Guerra Civil abierta en más de veinte años.
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