Chile fué uno de los países donde la Santa Inquisición resultó menos sanguinaria. No era su objetivo el dogma, sino las haciendas que pretendía. Fué -como demuestra el texto- un arma de recaudación en manos de "la Santa Madre Iglesia" que no termino hasta que desde fuera se la fué obligando a callar. Hoy en día continúa haciendo de las suyas y así lo vemos con Ratzinger, último jefe de esa organización:
www.federacionatea.org/documentos/agninethipocresiaratzinger021207.htm