Sin duda, nuestro mal endémico es aquella nación-noción de España fundada en el exterminio de la diferencia que fosilizó Franco con la complicidad inestimable de la jerarquía católica: una sola lengua, una sola religión y una sola ley. La España rancia que niega la condición de españoles a quienes hablan en català, euskera o galego. La España casposa que niega la condición de españoles a quienes no rezan de rodillas. La España nostálgica que niega la condición de españoles a quienes se administran en veguerías. La España excluyente:
|
etiquetas: españa , centralismo , federalismo