La anterior jefa de Estado irlandesa, Mary McAleese, segunda mujer presidente en la corta historia de una Irlanda independiente, devolvió recientemente al erario público medio millón de euros en gastos suntuarios no utilizados sin obedecer una exigencia jurídica pero sí una, desgraciadamente inusual, ética politica. Los zapatos que heredó eran enormes de una Mary Robinson que luego ocuparía el cargo de responsable de los Derechos Humanos en Naciones Unidas pero los calzó con dignidad, orgullo, inteligencia y transparencia durante 14 años...
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