Lorraine Gordon, actual propietaria del Village Vanguard , en el 178 de la 7ª Avenida, es lo que podría decirse una mujer de armas tomar. Es la heredera de la empresa fundada por su difunto marido, Max Gordon, en 1935. "Su idea era crear un sitio al que acudir de noche", en el club, "había jóvenes escritores que recitaban sus poemas y luego la gente les tiraba monedas y con eso vivían". En tiempos de la Guerra Civil española, el club se convirtió en un foro a favor de la República (el propio Max Gordon tenía varios amigos luchando en España).
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