El ladrillo ha desembarcado en las playas vírgenes de Marruecos. Los ecologistas acusan a la inmobiliaria española Martinsa-Fadesa de causar un «desastre natural» en una playa flanqueada por una joya ecológica, un bosque endémico de enebro rojo, único en Marruecos. A falta de playas que destruir en la costa española, ya que apenas han dejado alguna sin construir, las inmobiliarias españolas cruzan el Estrecho para continuar con el urbanismo desenfrenado en el pais vecino.
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