Limpiar hasta 20 o 30 habitaciones de hotel en ocho horas no es un trabajo inofensivo. La repetición a toda prisa de movimientos —agacharse para recoger ropa, doblar sábanas, hacer la cama, fregar suelos, limpiar cristales— suele dejar lesiones. “Trabajas a destajo. No tienes tiempo casi ni de beber o comer. Enfermas de gastritis, sientes estrés y migrañas. Te agachas, te levantas: lumbago, dolor de brazos y hombros. Todo el aparato muscular y óseo termina estropeado. El médico te va recetando pastillas".
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