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En Kandahar cada segundo de nuestra vida podría ser el último

Rangina Hamidi apenas se atreve a salir a la calle. Su casa es su oficina y viceversa. Esta mujer afgano-estadounidense decidió abandonar la tranquilidad y comodidad de su casa en Virginia hace siete años para acudir en ayuda de su otra patria. Se plantó en Kandahar, el bastión de los talibanes en Afganistán, y desde entonces lucha por dar un presente mejor a las mujeres y niños de la región.

| etiquetas: rangina hamidi , kandahar , afganistan , talibanes , luchas , vida

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