El acusado reconoció en el juicio haber acabado con la vida de su hermana y haberle cortado el cuello «porque los perros tenían pulgas» por lo que esta decisión no sorprendió a nadie. El tribunal popular, sin embargo, fue un paso más allá y consideró probado que Pedro Antonio padece un trastorno mental, tal y como la defensa sostenía. En base a esta cualidad del acusado, el jurado solicitó un indulto parcial para el acusado con el que, espera, éste pueda ver conmutada su condena por penas menores.
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