Uno de los mayores símbolos de los Juegos Olímpicos, los cinco anillos de colores, cuelgan desde el inicio de los juegos del Tower Bridge, una de las edificaciones más características de Londres. Un efecto óptico al anochecer está provocando durante estos días que a esos dos símbolos se les una la luna, dado que por momentos parece formar parte de los anillos y, en otros instantes, parece rellenar el agujero de los mismos.
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