El pasatiempo que se le ocurrió a Huseyin Cetinel no era barato. Además requería de más tiempo y dedicación que echar una partida de cartas en el hogar del jubilado o contemplar una obra desde una valla de protección. A este ingeniero retirado, residente en Estambul, los botes de pintura con los que decoró las escaleras de su barrio le costaron algo más de 800 dólares (unos 600 euros) y la labor le llevó 4 días. Lo que no se esperaba Cetinel es que su intervención iba a levantar tal polvareda en su país.
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