El empresario y vicepresidente del Real Madrid ha visto cómo uno de sus proyectos inmobiliarios más ambiciosos puede acarrearle un agujero económico importante. Juan Bravo Plaza, un complejo de viviendas de lujo en la capital se ha ido al traste y por el que ha avalado con patrimonio personal. Animado por el constructor Rafael Ortiz, emprendió un negocio al 50% con el objetivo de vender 60 viviendas de alto standing en el barrio de Salamanca de Madrid a un precio de 3 millones de euros.
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