En un discurso televisado para Japón, el primer ministro Naoto Kan admitió el empeoramiento de la situación en la planta de Fukushima y aseguró que podría haber nuevas fugas en esa planta. "Por favor no salgan a la calle. Quédense en sus casas. Cierren las ventanas y sellen las rendijas de su casas", dijo la autoridad intentando además llamar a la calma.
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