Si alguien quiere ganar votos defendiendo los “derechos españoles” de la clase trabajadora por encima de los DDHH de los inmigrantes, estaría pretendiendo ganar votos con la muerte, la tortura y la exclusión. ¿Abrir las fronteras? Por supuesto. Ese es el programa mínimo de cualquier izquierda que crea en la declaración de los derechos humanos, un programa inseparable, sin duda, de la transformación de las condiciones económicas y culturales de nuestros país y del mundo, lo que implica trabajar con las clases trabajadoras.
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