La idea de crear un ojo biónico mediante la instalación de un chip de silicio en un globo ocular humano tiene algunos inconvenientes, entre los cuales está que el chip en sí puede bloquear la luz en las áreas saludables de la retina que funcionen. Jeffrey Olsen ha tomado un enfoque diferente: inyectar en las zonas dañadas puntos cuánticos, espejos semiconductores a nanoescala que sin fuente de alimentación externa se activan ante los fotones potenciando la imagen que llega a la retina. La patente indica que se ha mostrado prometedora en ratas.
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