Un cura búlgaro está bajo investigación por un campito cultivado de cannabis que prospera detrás de su vivienda. Según dice, fue un regalo de Dios. El padre Cyril Papudov ha sido arrestado varias veces pero la policía nunca lo atrapó cultivando, así que técnicamente no hay forma de probar que no fue Dios el que plantó la marihuana. Según el cura, la planta creció de la nada y él jamás tiró una semilla.
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