La vecina de Poio que en el 2009 denunció a su pareja, Alberto Marín, por unos brutales malos tratos -agresiones tanto verbales como físicas que implicaron el mantenerla encerrada en casa, atarla con una cadena a la pata de una cama, golpes, insultos, azotes con cuerdas...- se retractó ayer en la Audiencia de Pontevedra: «Lo inventé todo».
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