La Guardia Civil llevaba casi un año tras la pista de Antonio Caba (de 49 años), conocido en Manzanares por su labor como intermediario en compras de terrenos, casas, coches y armas. Él fue la última persona que vio al empresario Juan Miguel Isla el pasado julio cuando cobró, a través de sus servicios, 50.000 euros de la venta de una finca familiar.
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